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PALABRA-DERRAMADA

AD HONOREM. CLAUSE LEVI-STRAUSS (1908-2009)

AD HONOREM. CLAUSE LEVI-STRAUSS (1908-2009)

"Si así fue, así pudo ser; si así fuera, así podría ser; pero como no es, no es. Eso es lógica"

Sirva este brevísimo homenaje a la preclara figura del etnólogo y filosofo Claude Levi-Strauss (Bruselas-1908 Paris-2009) para retener en la memoria su nombre y su ciencia que representan un corpus supra estructural que nos compete a todos. Sus viajes por Brasil de donde nace su pieza científico-literaria Tristes Trópicos como un sentido relato del devenir de un etnólogo. Fundador de la escuela estructuralista francesa, Levi-Strauss mereció el lauro de los siglos sirviendo de teórico y fundamentado de la igualdad entre “razas” al enunciar su discurso sobre este tema en la UNESCO. No nos queda más, desde la perspectiva simplísima y el menesteroso conocimiento que tenemos, que rendir este levísimo homenaje a quien  fuera uno de los científicos más influyentes del siglo XX. Quedan aquí, a su disposición algunos de sus pensamientos.

-        El mundo comenzó sin el hombre y acabara sin el

-        La función primaria de la comunicación escrita es facilitar el sometimiento.

-        Un humanismo bien ordenado no comienza por sí mismo, sino que coloca el mundo delante de la vida, la vida delante del hombre, el respeto por los demás delante del amor propio.

-        El sabio no es el hombre que proporciona las respuestas verdaderas, es el que formula las preguntas verdaderas.

-        La vida social consiste en destruir lo que le da su aroma.

-        Todo casamiento es un encuentro dramático entre la naturaleza y la cultura, entre la alianza y el parentesco.

-        El único fenómeno con el cual la escritura ha sido siempre concomitante es la creación de ciudades e imperios, es decir la integración de un gran número de individuos en un sistema político, y su clasificación es castas o clases...

-        La lengua es una razón humana que tiene sus razones y que el hombre no conoce.

-        Nuestro sistema es la medida del absurdo, ya que tratamos al delincuente a la vez como un chico, de modo de tener derecho a castigarlo, y como un adulto, para poder negarle consuelo.

-        Nada se parece más al pensamiento mítico que la ideología política.

-        Al conocimiento del pasado le atribuimos la capacidad de permitirnos comprender el presente y ese presente nos sirve para hacer previsiones sobre el futuro.

-        La ciencia sola no es capaz de responder todas las preguntas y, pese a su desarrollo, jamás lo será.

-        Así como el individuo no está solo en el grupo, ni nadie es la sociedad solo entre los demás, el hombre no está solo en el universo.

-        Cansa el primitivismo de la televisión.


---NAGARE---

“Dudaba yo sobre el lugar que elegiría ese año para ir a ver la luna de otoño” o sobre La Aristocracia del Espíritu.

“Dudaba yo sobre el lugar que elegiría ese año para ir a ver la luna de otoño” o sobre La Aristocracia del Espíritu.

Alguna vez se le pregunto a Lord Byron, mientras visitaba Venecia, ¿Qué haces? Y el, comulgando con su elevación, contesta extasiado “!Contemplo las estrellas!” Cursilería para unos, ridiculez para los más, símbolo de sutilezas extrañas para unos pocos. Es que, en aquella pequeña frase podemos advertir, sino resumir el tema que nos trata en esta ocasión, me refiero a la aristocracia del espíritu. La mayoría los señalará como arrogantes, como auto-administradores de una condición elevada, narcisistas, megalómanos… los adeptos a la psicología descubrirán traumas y complejos –no sin cierto temor e ira in-expresa- en estos individuos. Mas, una pequeña minoría nos quedaremos, al menos intrigados por quienes, sobresaliendo de entre el gentío, adoptando una postura erguida y altura mayor pues están sobre hombros de gigantes, de esos gigantes que les precedieron, se han empeñado en observar lo que muchos ni siquiera ven, en preguntarse y cuestionarse sobre lo oculto, en emitir comentario sobre el tabú, en extasiarse por la sencillez, en construir y vivir una realidad a-convencional y por ello quizá mas original y certera que la compartida por la mayoría.

Comencemos diciendo la quizá, ya consabida, pero necesaria referencia a la etimología de aristocracia, que proviene de aristos=mejor y cratos=poder, entonces, seria el poder ejercido por los mejores, si bien es cierto, esa fue una de las clasificaciones de los gobiernos que, junto con la monarquía y la democracia, enunció Platón, sin embargo, esta idea trascendió hasta dar lugar a una sociedad de orden estamental donde este agregado o dote de “mejor” se obtenía por vía sanguínea, la llamada nobleza o aristocracia de sangre. Entonces tenemos que el término se utiliza en un orden político para pasar a un ordenamiento rígido social. Pero es en el Romanticismo en donde, tras la influencia de muchas ideas en torno al plano político, moral, social se toma en consideración la nobleza que implica la fijación hacia el arte, hacia la originalidad, significando esto un quiebre que dará lugar a la aristocracia del espíritu, lo que a decir de Pablo Peña, será en definitiva el emulo entre la aristocracia fundada en el origen cuasi divino de la cuna, a un origen igual, mas no de la cuna, sino del ingenio.

Generalmente, se suele emparentar esta nueva aristocracia con la distinción del vestir, que viene a ser una suerte de panfleto ambulante, la persona en si constituye una moral física si se quiere en la que la pulcritud del atuendo y no pocas veces la excentricidad o peculiaridad de los mismos, dan una lección del deber ser, personas como Baudelaire, Balzac, Dalí suelen encajar con estas características, pero ¿Cómo diferenciar un individuo de estas características de un modelo actual, de un Beckam o una Paris Hilton? Sencillamente podríamos decir que los primeros fueron literalmente prodigios en su arte mas, los segundos son, en palabras de Felix de Azúa “mercancía” y añade que es imposible pensar en ellos como individuos, sino solo como mercancía pues su función es la del escaparate, llegando estos últimos al extremo de vender derechos de imagen, sabiendo que ellos no son los poseedores de su imagen sino quienes los ven, de modo que ilógico seria cobrar por algo que ellos no poseen, reflexión interesante del Dr. Azua. En definitiva el mundo capitalista promueve la invención de estas patrañas mediáticas, ahora los llaman “metrosexuales” refiriéndose al hombre que “exquisitamente” y con toques andróginos se desarrolla en la metrópoli. Ya habremos advertido que el personaje al que hemos dedicado estas líneas se relaciona directamente con el Dandy, incapaz de ser copia en lugar alguno, teniendo la integridad intelectual y la inspiración creativa siendo una cátedra de cuerpo entero –lo que le impide radicalmente comercializar su imagen- y muchas veces productor de estética pura, entonces  eso hace imposible comparar un maniquí trajeado con los tonos medios, con la venia social, con la esterilidad creativa, con los paradigmas de esta aristocracia.

Entonces no es el vestido, el cual muchas veces no es mas que la sublimación de su interior, el que lo caracteriza, sino sus ideas, su forma de ser, su perspectiva, su afán de periferia, la inquebrantabilidad de lo que para él es una moral superior –ciertas veces en franca oposición a lo socialmente establecido- su estado no-burgues, inconforme, apesadumbrado. Esto hace la diferencia entre la mera apariencia del verdadero aristócrata del espíritu. Para este último el dinero no es sino un medio para expresarse de forma grata, no un fin, no la acumulación puritana y estéril. Es su aprecio por lo ignorado, su reivindicación del mal lo que le da carácter a este personaje, recordemos al guerrero Samurái que, batiéndose en combate o en circunstancias de otra índole, perdía o se le arrebataba su honor y recurría al seppuku –tan rígido y ritualizado- para recuperar su honor perdido, en este acto noble no se puede ver sino el desapego por el orden material y el predominio fundamental de una moralidad y pundonor superior como lo expreso en su suicidio ritual Yukio Mishima en los años setenta. Es por ello que en Japón el ritual es tan elaborado en el té, el vestirse, el saludo. O de manera mas grafica podemos apreciar todo ello en esta expresión de Junichiro Tanizaki “dudaba yo sobre el lugar que elegiría ese año para ir a ver la luna de otoño y me decidí finalmente por el monasterio de Ishiyama” creo que esta breve cita tiene vida propia y no necesita comentario alguno. Termino no sin antes referirme al hecho de que esta condición no es propiedad de nadie, tampoco es deseable ni adecuado creo yo, que alguien se la arrogue, basta con verla como una actitud bastante buena, penosa quizá también respecto de la vida, en relación a todo lo que nos rodea, siendo esta aristocracia del espíritu por sobre todo una capacidad un tanto mas pulida para la sorpresa, para el asombro, no es ajena a nadie, pero también diremos que no es material sino espiritual, entonces no es real sino utópica, de modo que en cierta manera no implica el ámbito del ser, sino del deber ser y por ello mismo es un ideal y como tal, sujeto al desprecio, a la hipocresía, al desdén. Queda en cada uno al menos valorar este deber ser del día a día y permitirnos preguntarnos ¿en que lugar veremos la luna de otoño? AVE AETQUE VALE

--NAGARE--

DE SIMETRIA Y ASIMETRIA

DE SIMETRIA Y ASIMETRIA

Estimados amigos, la simetría quizá está ligada a la vida misma, es decir, es característica suya, claro, me refiero a un plano perfecto en el que exista el equilibrio que esta brinda, desde los clásicos ejemplos de correspondencia como el arriba-abajo, blanco-negro, cielo-infierno (por mas figurativos que sean en algunos casos) hasta la llamada ciencia exacta de las matemáticas -la cual, gracias a signo tan simple  “=” nos muestra la equidad y armonía de los números- no escapamos a la igualdad de las cosas y es que al parecer es ley universal que la simetría sea atractiva a la vista humana, siendo la tal la “simple” correspondencia de algo en relación a un eje o plano. Es que, como no reparar en la belleza de la arquitectura gótica o barroca que talla la roca con el cincel de la igualdad o en la misma correspondencia entre las fuerzas físicas, mas, debemos reparar conforme las investigaciones apuntan, en el hecho de que –pese a así parecerlo- la naturaleza no sería simétrica. No repararemos en estas líneas en disquisiciones de tipo biológico arto conocidas por el público, mas, para cumplir con nuestros fines, tomemos por ejemplo el átomo. Solía decirse en la antigua teoría atómica que los electrones de este giran alrededor del núcleo formando una suerte de elipse mas, actualmente se considera que tal afirmación es errónea, siendo la trayectoria de los tales corpúsculos subatómicos errática alrededor del centro. Ahora bien, abstrayéndonos del ejemplo anterior tomemos el caso de la genialidad. Para esbozarla ínfimamente definiré que es la norma, en términos básicos este vocablo designa lo que es general para todos, y siendo general, es igual para todos,  de manera que, siendo así, la norma nos hace iguales. Ahora bien, tenemos su correspondiente en la igualdad o lo anormal, sabiendo que la partícula “a” designa carencia, de modo que anormal  es carecer, sin, fuera… de lo normal, es decir, de la media. Entonces aquí viene la relación con la asimetría, pues, casi es ley general que las personas excepcionales están fuera de la media, fuera de la norma y, precisamente en este aspecto radica su valor, pero, ahora nos topamos con que el valor está en la asimetría ¿no es verdad? Luego, es interesante la dualidad en este caso (forma de simetría en otra escala ¿?) entre la simetría y la asimetría que generan, la primera en los mas de los casos atracción -como en el plano estético y en otros- y la segunda también brinda un valor agregado por el mismo hecho de estar fuera del parámetro –esto en términos más cognitivos-conductuales-. De manera que, a nuestro parecer asimetría y simetría tienen valores positivos de atracción y gusto (¡aunque todo esto nos suene a tautología!) Mas, ahora nos llega otra duda final ¿acaso es posible medir la simetría totalmente, es decir, podemos decir que algo es realmente correspondiente a los dos lados de un eje? Quizá sí, quizá no, difícil de saberlo, pero partiendo de esta incertidumbre podremos generalizar que la asimetría en vez de la simetría es la norma en el planeta. Ahora alejándonos de tanta disquisición subjetiva, mejor centrémonos en una realidad, en un hecho objetivo y patente, la belleza de la foto que ilustra estas líneas, diríamos simétrica, mas, podríamos decir que la beldad de la misma, radica en una ínfima, casi traslucida imperfección rendida ante la desbordante luz que proyecta, lo cual nos hace recordar los shoji japoneses y su papel blanco que permite pasar la luz pero no la vista, ¿es que acaso es el mismo efecto? es decir… ¿es que acaso la belleza radica en esa fina patina que se cierne por sobre el metal o en esa tenue luz que deja filtrar el shoji, evitando que el ímpetu del sol desgarre nuestra mirada? Cada quien tendrá sus propias observaciones, mas, por el momento, disfrutemos. Ave atque vale.

Tres tristes tigres comen trigo en un trigal… y un cuarto, indolente, ve el futbol…

Café amargo

un largo sorbido, frio

silencio distante… parto

(Sperpentus)

 

Café, sin adjetivos

levanto la mirada y,

tras un sorbo, sonrío

(Nagare)

 

El impío tiempo, tres empíricos

el tiempo, no se preocupa,

de si.

(Toreador)

 

Lascivia caníbal

 

Absorto individuo, existencia de una realidad fatídica

Llanto sordo, titubeante honor, embriagante caos

Mansedumbre espectral…

(Toreador, Sperpentus, Nagare)

 

Instrucciones para subir una escalera

Instrucciones para subir una escalera

JULIO CORTÁZAR

Instrucciones para subir una escalera

Nadie habrá dejado de observar que con frequencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situá un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de transladar de una planta baja a un primer piso.


Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).


Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

(Del libro Historias de cronopios y de famas. Manual de instrucciones)

 

La heráldica de la desintegración

La heráldica de la desintegración

Generalmente solemos escuchar o leer el esplendor de las cosas, acostumbrados a lo bello, pensamos que se traduce siempre –y tan solo- en el desarrollo de lo interno hacia lo externo, la pequeña semilla que va rompiendo su cutícula hasta convertirse en noble árbol con flor y fruto, mas, pocas veces reparamos en el proceso inverso, el retorno, el viaje de regreso, el encuentro con el origen, el cero, el no-ser. Por ello, les dejo a continuación con el viaje de regreso de un cuerpo, de mano de A. Noriega, espero gusten de su guía.

“Ocho estadios de fermentación espera a este quiteño, auquista de corazón y miembro del equipo de futbol de la cooperativa El Carchi. Durante este proceso irán y vendrán selectivamente varias especies de predadores. Al principio unas moscas verdes y azules, hermosas, seguidas de una mosca negro con blanco y más carnívora y más chupa sangre que las otras. En la tercera etapa, la fermentación de grasas captara mariposas y coleópteros. Luego, con la fermentación de proteínas vendrá la Estaribia, una larva larga que salta a 30 o 40 cm, la misma que se desliza entre las cortezas de los quesos pero a la que también le gusta la fetidez humana. Llegaran también unos escarabajos negros y unas mosquillas. Y los ácaros secaran el cadáver de sus humores. Mas adelante, una especie de polillas se alimentarán de los tejidos apergaminados, tendones y ligamentos secos. Por fin, los coleópteros lo reducirán a esqueleto.” (p. 100-101)

Noriega, Alfredo (2002) De que nada se sabe. Ecuador. Alfaguara

 

AB IMO PECTORE

AB IMO PECTORE

Ab Imo Péctore

Tras la eufonía del trueno

Y el resplandor del rayo.

Sigo caminando, sereno.

-Nagare-

Par mío !alea iacta est!. Hemos escogido nuestra senda, perenne esperemos, que nos lleve al común encuentro entre hermanos. Tu que has sido iniciado en este espectro del saber por alguna sublime mano, o si has sufrido el señalamiento con el penetrante índice o la vorágine de las miradas; reconócete como iniciado también, pues para saberte miembro de la estirpe de los alquimistas, magos, nigromantes, taumaturgos y aun de los misántropos y anacoretas que no encuentran el sustratum de sus empeños, debiste saciarte con la risa temerosa de aquellos que has visto indignos de tu elevación, recuerda que áquila no cápit muscas. Para ello debiste quizá danzar alrededor de la pira de Zoroastro, sobreponerte al Ens Veneni conociendo el Ens Dei, cambiar unas piezas de oro por el Liber continentis infernalis que la burda masa cambiaria por la desesperada risa de un payaso, quizá tuviste que renunciar al centro para explorar la periferia, quisiste ver lo que era traslúcido para otros, no tuviste reparo en hundirte en la riada ni devolviste aquel libro al que salvaste de su mutismo. Es allá, en la fortificación de tu espíritu donde habita todo ello que ha sido despreciado y negado no tres sino mil veces por los farsantes, en donde encontrarás el plus ultra. Hallaras en la esquina al menesteroso que quiere beber de tu misma fuente, y ahí estaré yo, acompañándote hermano mío, embriagándome con aquel vino sublime mientras miramos hacia el horizonte, allá… si... por entre las nubes.

(Severino; desde el escriptorium)

La Controversia Dandy - Snob. Aportes para el debate.

La Controversia Dandy - Snob. Aportes para el debate.

El Dandy, el Snob

Estimados amigos, ahora los dejo con una interesante reflexión relativa a un tema que ha traído cola y es menester tratar de entenderlo. Hablo pues de la distinción entre el Dandy y el Snob que, a criterio de Antonio de Villena, suelen usar “armas” semejantes mas no son los mismos personajes ni llevan motivaciones iguales. En otra ocasión daremos nuestras reflexiones personales sobre el asunto más, comulgamos casi totalmente con lo que expresa Villena en la cita que se expondrá a continuación. Espero les agrade.

“El Dandy es siempre un aristócrata solitario. Un desclasado que busca separarse de los demás por la sorpresa y la distinción, que busca personalizarse, hacerse objeto atildado y perfecto de la atención de todas las miradas. Ser él, y sólo él, rey elevado. Busca segregarse. Por el contrario, el snob aspira a entrar en un círculo social determinado (las clases altas, generalmente) y, para ello, adopta las maneras del grupo, es capaz del uniforme y, si quiere llamar la atención, es sólo para que se note que ha llegado, que es uno como los demás en ese bello grupo selecto. Adula y exagera los modales sólo para parecerse más a los que le invitan. Lo que busca el snob es, pues, agregarse. Es decir, lo contrario que el Dandy.

Lo que sucede es que ambos pueden manejar a veces armas semejantes. El Dandy sorprende para singularizarse y se permite toda la escala del gusto y la sorpresa. El snob llama la atención para ser visto como los demás del grupo, o algo mejor –pero dentro de ese tono-, a ser posible. En su llamar la atención debe tener una barrera que no le precipite (teme él, con razón) a los abismos del mal gusto. El snob se adapta; el Dandy vive para el reino terrenal y para la diferencia.”

“El Dandy y el snob utilizan, a veces, elementos semejantes…  en casos especiales –casos de grandes snobs-, puede darse la coincidencia, pero la función de esos elementos es tan distinta, y tan distinto el tono, la provocación y el gusto de las maneras, que –sin duda- dandismo y snobismo se excluyen. San Juan de la Cruz y una beata son, claro, diferentes, pero una misma religión, un mismo culto los une. Entre el Dandy y el snob no hay religión ni culto comunes. Todo es exclusión y casi todo diferencia.”

De Villena, Luis Antonio. Corsarios de Guante Amarillo